sábado, 23 de abril de 2011

El amor según Gabriel Rolón

"Podríamos decir aunque suene esquemático, que hay tres momentos en el desarrollo de un amor maduro: enamoramiento, desilusión y aceptación de la realidad.

En el primer momento, el amado es alguien maravilloso, no tiene defectos, nadie es mejor que él, esta terriblemente idealizado, casi endiosado. El amado se ve engrandecido y en cambio uno se va empequeñeciendo , hasta el punto tal de no entender como alguien tan perfecto se ha fijado en uno.

En el segundo momento comenzamos a percibir algunas imperfecciones en la persona amada. Vemos que ante determinadas situaciones su carácter no es el mejor, que en algunas cosas se equivoca, y esos rasgos, que ya estaban pero que el enamoramiento nos impedía percibir, nos producen pena y desilusión y así como en el primer momento ya queríamos casarnos y estar juntos para toda la vida, en este segundo momento es probable que queramos que se vaya para siempre.

El amor sería un tercer momento en el cual vemos al otro como es. Ni tan idealizado, ni tan degradado. No es ni dios ni el demonio. Disfrutamos de sus virtudes y aceptamos sus faltas. Y a pesar de ellas lo aceptamos y podemos ser felices a su lado. Recién ahí podemos hablar de un amor maduro con posibilidades de proyectarse en el tiempo de una manera sana. Porque la clave del amor, como me dijo alguna vez mi analista, está en reconocer los defectos del otro y preguntarse sinceramente si uno puede tolerarlos sin estar todo el tiempo protestando, y ser feliz a pesar de ellos."


3 comentarios:

  1. Te deseo un amor enajenado,
    que te haga saltar a las estrellas.
    Algo más que todas las cosas bellas,
    un amor donde aún nadie ha llegado.

    Te prohíbo un amor bien reposado,
    que al partir se lleve también sus huellas,
    un amor sin sus rayos... sin centellas,
    que te roza, se va y no te ha marcado.

    Mantenerte bien lejos del criterio,
    del modesto lugar de la cordura,
    del falso escudo de la certidumbre,

    es salvarte de amor de cementerio
    para hundirte del todo en la locura
    y escapar de la muerte hecha costumbre.

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  2. Me gustó mucho esta entrada pequeña, con los años me doy cuenta que estoy en la última etapa y que mis experiencias anteriores se truncaron en la segunda.
    Te deseo una cuarta en la que el amor pase a la inmortabilidad, fuera de toda corporeidad.

    Besos

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  3. Es totalmente así, y cuando se llega al amor maduro hay que alimentarlo cada día para que no muera...

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